1. La vida cualquiera de nadie: Ya nadie escucha estas historias. Yo soy el único que cree en mí mentira de vida, esto no es lo que me prometieron. El sueño, los mitos: destruidos. Y el amor… me quería más que a su vida mientras gritaba mil veces que me fuera de ella… ya nada me impide morir cada vez más por dentro. Ni las ocho horas tragando, ni esa sonrisa en tu boca. Ni las ocho horas consumiendo, ni esa sonrisa en tu boca. Ni las ocho horas de insomnio, ni esa sonrisa en tu puta boca que no me deja dormir… voy a romper esa boca. Perdido en mí mismo, ser infame de esta gran ciudad, solo la tengo a ella:
Mi único calor, mi único perdón. Ya nada puede pasarme, ya nada puede ir peor. Redención inyectándose en mi corazón. Al fin fuera, fuera de aquí y fuera de mí, lejos de todo, a mil kilómetros hacia el cielo… en mis venas fluye, al fin, pura vida.